Cuando una persona siente
placer en la dedicación y en el trabajo
Y ejerce el coraje que los dioses colocaron en él,
Y que en él el destino
Siembra la gloria a la que aspira.
Luego lanza el ancla en los confines de la felicidad,
Y los dioses le honran.
Pindaro
La Villa Olímpica Orbital UIRA es
un proyecto de arquitectura y urbanismo para la primera Villa
Olímpica en órbita terrestre.
Es un proyecto orientado a la investigación,
al descubrimiento, en un ambiente transdisciplinar, transnacional
y transcultural.
La palabra "uira" significa "pájaro"
en Tupi - que era la lengua hablada por la gente que habitó
la costa brasileña en el siglo XVI. Sagres (Portugal)
era la NASA de la época.
La Villa Olímpica Orbital UIRA fue
diseñada originalmente por el arquitecto y urbanista Emanuel
Dimas de Melo Pimenta en 2011.
UIRA es un trabajo de colaboración
a escala mundial, bajo la supervisión de Emanuel Pimenta.
UIRA es una estación orbital para
veinte mil personas, que trabaja en dos sistemas: G1 y microgravedad.
A seiscientos kilómetros de altura, su trayectoria orbital
hace que pase sobre prácticamente todas las ciudades del
mundo cada veintiuna horas. Así que en cada veintiuna
horas UIRA estará sobre París, Nueva York, Brasilia,
Londres, Lisboa, Tokio, Londres, Canberra, Beijing, Berna, Roma
o Ottawa.
Arquitectos, urbanistas, especialistas en deportes, investigadores
de diversas disciplinas - desde la neurología a la física
de materiales, desde la ingeniería al derecho, desde la
economía a la química - y también los estudiantes
universitarios, investigadores independientes, artistas, empresas
de los más diversos sectores, todos son invitado a imaginar
y elaborar soluciones e invenciones para este sueño colectivo.
Es un proyecto educativo, sin fines de
lucro, uniendo las mentes de todo el mundo - una especie de nuevo
Proyecto Manhattan, ahora no militar, civil y exclusivamente
con fines pacíficos - revelando algo del espíritu
original de los Juegos Olímpicos en la antigua Grecia
cuando el conocimiento y el deporte se asociaron, en el que el
ideal olímpico, trascendió la disputa física,
alcanzando el arte y la ciencia.
Este esfuerzo de colaboración dará
lugar a descubrimientos planetarios no sólo importantes
para el proyecto espacial, sino también para soluciones
sorprendentes a los problemas de la Tierra.
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